Sí, cobramos dinero. No, no es por avaricia. Es porque tu cerebro es el que es avaro.
Cuando el paso final es gratuito, tu cerebro archiva el ejercicio bajo "buen intento, quizás luego". Pero cuando pagas —aunque sean solo $4.99— tres emociones explotan simultáneamente:
- Codicia: "No voy a desperdiciar mi dinero".
- Duda: "¿Y si no funciona? Mejor me aseguro de que funcione".
- Orgullo: "Ya pagué, voy a terminar esto".
Ese cóctel de emociones negativas es exactamente el combustible que tu cerebro necesita para gritar:
“VALE. ESTO ES REAL. ESTO ES DEFINITIVO”.Intentamos usar donaciones benéficas en lugar de pagos. ¿El resultado? La gente se sentía moralmente superior durante 10 minutos, y luego el dolor regresaba con más fuerza porque no hubo un costo personal.
Los $4.99 (o $8.99 por el Total Reset™) no son el precio de un servicio.
Es el precio de tu libertad.────────────────────